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Claude Dozorme

Todo comenzó en 1902 en La Monnerie, cerca de Thiers. Blaise Dozorme, que domina a la perfección el manejo del acero, decide aprovechar este saber hacer instalando un pequeño taller de cuchillería en su casa. Trabajando principalmente como subcontratista, su profesionalidad y su agudo sentido del deber le dan cierta notoriedad en la zona de Thiers. Sin embargo, su carácter emprendedor combinado con un temperamento dominante le valió el apodo de “El Lobo” por parte de sus compañeros. Asumido por su hijo Valentin en 1918, el pequeño taller se abrió camino, estableciendo un poco más su saber hacer y su impronta en el paisaje cuchillero de Thiers. Pero fue en la década de 1970 cuando el negocio familiar realmente despegó.

Luego, al frente de la empresa y deseoso de trabajar para el desarrollo del taller, Claude, hijo de Valentin y nieto de Blaise, apoyado por su esposa Éliane, tuvo la audacia de invertir masivamente en herramientas e innovación. A partir de entonces, decidió fabricar sus propios cuchillos y comercializarlos principalmente a través de ferias comerciales.

La marca Claude Dozorme vio así la luz en los albores de los años 80, al igual que su primera creación, imaginando la primera mesa sin cierre Laguiole del mercado.

A partir de ahora, este pionero en las técnicas de fabricación, oficialmente reconocido como Maître Artisan Coutelier, no dejará de desarrollar la marca. CLAUDINE DOZORME, UN CUCHILLERO HECHO EN AUVERNIA
En 1991, un nuevo repunte. Claudine Dozorme, la hija de Claude, se hace cargo del negocio familiar. Sin embargo, nada la predestinó a trabajar en la cuchillería.

En 1984, con su bachillerato y luego de 2 años de preparación, ingresó a la Escuela de Administración de París, antes de ser contratada por el grupo de alimentos Kraft General Foods como gerente de ventas. Allí permaneció hasta 1991, cuando su padre le pidió que lo ayudara a desarrollar su marca. Luego se hizo cargo de la rama de marketing y ventas, promocionó los cuchillos Claude Dozorme entre los distintos distribuidores y dirigió un equipo de representantes de ventas en los cuatro rincones de Francia. Desarrollo de marca, integración de nuevos procesos de fabricación, creación de catálogos y muestras, pensamiento estratégico en torno a nuevos modelos y nuevos materiales… La llegada de esta joven efervescente revolucionará la pequeña fábrica familiar.

Consagración máxima, el 5 de diciembre de 2013, Claudine Dozorme, también poseedora de la Orden del Mérito y de la Legión de Honor, recibió el trofeo de Auvergnat del año por su dinamismo, creatividad y su lado innovador, que logró forjar un nuevo modelo económico para la empresa familiar, añadiendo un tremendo viento de modernidad.

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